Temazo el que levantaste Alfredo.
La propuesta de los directores me parece bastante interesante, aunque nuevamente topan en el tema de los convenios de desempeño, ya que es sabido que los resultados educativos (SIMCE) y la fuga de alumnos dependen en baja proporción de la gestión educativa. Debieran utilizar indicadores de la calidad de gestión (¿alguna versión mejorada del SACGE?) para evaluar a los directores en vez de la obsesión por el SIMCE.
Con respecto al tema de los profesores, se ve una propuesta de incentivos interesante. Lo que yo cuestiono es el instrumento, me parece insuficiente para evaluar la calidad docente, es como si evaluaran nuestra calidad profesional con la PSU. Lo que me queda la duda, es que pagará el MINEDUC y no los sostenedores... pareciera que esta medida les viene como anillo al dedo, se implementan muchas mejoras, reciben subvención preferencial y no gastan ni uno del monto de subvención.
Sobre el cambio curricular no me referiré mayormente porque hay otro tema dando vueltas del detalle.
En el tema de la institucionalidad, veo que el principio rector es la propuesta del Consejo Nacional de Educación (CSE) que se trabajó hace dos años (propuesta de Agencia y Superintendencia) más una modificación a la Ley de Subvención Escolar Preferencial (SEP). A esto se suma el tema de la Prueba Inicia.
En términos generales hay algunas medidas que se ven interesantes, aunque si no se utilizan los instrumentos correctos puede servir sólo para aumentar las desigualdades en el sistema. En este sentido puedo observar una obsesión por el uso de instrumentos estandarizados para una realidad sociocultural y económica que, lamentablemente, está lejos de estar estandarizada. Con respecto a como quedaron los remanentes de la CSE prefiero no pronunciarme hasta ver los documentos, sobretodo como quedó la Ley de Fortalecimiento de la Educación Pública, que aún educa a más de la mitad de la población escolar.
Finalmente, el estilo grandilocuente de Piñera para variar fuera de lugar. Les aseguro que el Ministro habría sido mucho más humilde al presenta la reforma. A simple vista, las reformas de 1994 con su complemento de reforma currícular de 1998 propusieron cambios mucho más profundos en el sistema, a nivel de orientaciones pedagógicas, currículum e institucionalidad.