La educación (superior) en Chile no funciona si es gratis. Pero principalmente por que cumpliría la función de reproducir y amplificar las diferencias sociales, con el sistema de selección actual (o cualquier sistema), terminará educando gratuítamente a los más ricos. Por eso creo fervientemente en el arancel diferenciado como paso a la gratuidad, como una medida progresiva y redistributiva de ingresos en la sociedad, más que desde un frío análisis econométrico.
La gratuidad que se exige actualmente no tiene relación con una cuestión estratégica, sino que parte desde una cuestión de principios: el deber del Estado de educar a su población. Yo creo que ese es el camino moralmente correcto, pero estratégicamente hay que pasar por algo que permita la redistribución antes de pensar en eso.
Menciono la educación superior, porque la educación obligatoria financiada por el Estado, por el simple hecho de ser obligatoria, debiera ser gratuíta en todos sus niveles. Por lo mismo, lo primero que debiera desaparecer el financiamiento compartido.
Saludos.