Se intuía que los niños habían aceptado ir a estas mesas de diálogo para no parecer intransigentes a la opinión pública, y luego bajarse aleteando sus famosas frases clichés y propaganda varia. Se sabe que dentro de la reunión postularon todo o nada, para luego decir en twitter que "no hemos pedido todo o nada", manejo comunicacional de su necesidad de figuración.
Es casi para cagarse de la risa cuando plantean que se debe nacionalizar todas las empresas del cobre y ahí tienes las lucas para la educación, sin considerar las repercusiones inmediatas de tal acto. Se nota ahí que son cabros chicos que no saben qué quieren, porque no sopesan ni asumen los costos.
Es casi para cagarse de la risa cuando plantean que la educación es un derecho universal. Que xuxa es un derecho universal, ¿acaso alimentarse no lo es también? ¿Y el agua, y la salud, y el oxígeno que respiramos? Quiero agua de calidad y gratuita para todos!

Es para morir riéndose cuando plantean que los más ricos deben estudiar gratis a costa de los impuestos de todos. Es decir, vamos a seguir beneficiando a weones con enormes sueldos, como si todo lo que tienen ahora -descuentos de impuestos incluídos- no fuese suficiente. Se supone que la educación es para bajar la brecha, no para aumentarla.
Y es patológico como siguen buscando todos los beneficios para sus universidades, el resto que se joda.
En fin, se van a quedar abajo del bote no más. El Gobierno va a enviar la reforma, se va a discutir, se va a modificar y se va a aprobar.
Hay cosas en las que no estoy de aceurdo con Bulnes, por ejemplo el tema de la Banca. Que sea el Estado el garante del préstamo de recursos con una tasa máxima del 2% sin reajuste sobre valor nominal y no real del dinero. En otras palabras, que presten un palo, que obtengan de vuelta 1 palo 20 lucas, sin reajusta por valor real. De esa manera le quitas el poder a la banca, te aseguras una mínima amortización para las arcas fiscales y le entregas una forma de financiamiento a la clase media mucho más relajada.
Y que el presupuesto sea reajustable año a año según la cantidad de alumnos que ingresan a las universidades.
También hay que revisar los aranceles de las carreras, ver si están acordes con la calidad de la educación versus el costo. Se debe crear una fórmula más certera que permita acerditar o "desacreditar" carreras.