Solo como referencia, tuve la "suerte" de tener como profesor de filosofía a un viejito que fue exiliado en el tiempo del Dictador, y había retornado hace poco. Fue bastante instructivo, y nos hizo leer Las Venas Abiertas de América Latina entre otras cosas más tradicionales. Era en el encargado de hacernos pensar, más que memorizar.
También tuve un profesor de religión, un Franciscano, que nos acercó a la Religión por un método menos ortodoxo que en colegios como el San Ignacio.
Los consejos de curso de los días lunes eran más educación cívica y debates, bien interesantes. Ahí saqué mi gusto por debatir todo.

No, la verdad no recuerdo ni látigo, ni una cárcel destinada a formar robots; independiente de que hayan salido robots.
Recuerdo también que nos escapábamos por la reja que da a San Diego para ir a jugar a los viedeos.

Pero jamás usé una insignia pegada a la mochila luego de salir del colegio.
