Espero que los comentarios se centren en el tema y no en descalificar al autor.
Lunes 27 de Junio de 2011
El lucrativo negocio del agua
Marco Enríquez-Ominami
Sólo el 0,5% del toda el agua existente en el mundo es potable, por consiguiente útil para la vida humana; el resto es agua salada y proveniente de glaciares. Se sostiene, con razón, que las próximas guerras serán por la posesión del agua, que, siúticamente, algunos llaman "el oro azul". El calentamiento global ha hecho retroceder los glaciares limitando aún más la poca masa de agua disponible.
El agua es un negocio muy lucrativo, aprovechado incluso por empresas embotelladoras para obtener grandes utilidades en base a supuestas aguas medicinales.
El agua no pertenece a los chilenos: el Código de Aguas, impuesto por Augusto Pinochet, en 1981, no define este recurso como un bien perteneciente a toda la nación, sino como un producto económico, transable en el mercado.
El 88% de las aguas chilenas pertenece a Endesa, una transnacional que hoy encabeza el proyecto de HidroAysén, el resto está repartido entre regantes; por consiguiente, los ciudadanos chilenos, que debieran ser los dueños del agua, no son propietarios ni siquiera de un litro de este líquido, esencial para la vida. Si este no es crimen de lesa patria, ¿cuál tendría tal categoría?
Pocos años atrás se privatizaron las sanitarias, dejando como resguardo un 30% de las acciones en manos del Estado, lo que le posibilitaría mantener un porcentaje en el directorio de esas empresas. Posteriormente, Ricardo Lagos permitió que el Estado pudiera enajenar ese 30% de las acciones, desestimando la consulta al Congreso.
A causa de estos dos "regalos" neoliberales de gobiernos anteriores, el Presidente Piñera, aplicando el original y no la fotocopia, concretó la enajenación del 30% de las acciones del Estado -el 29% de Esval, el 43% de Essbio, el 45% de Essal y el 45% de Aguas Andinas-; así, el Estado quedará sólo con el 5% del total de las acciones de las empresas.
Si las sanitarias fueran un mal negocio y no prestaran ningún servicio social, podría discutirse su privatización; por el contrario, estas acciones son muy rentables, ya que al año obtienen beneficios de más de un 10%, récord que sólo Codelco puede lograr. Consideremos que el fondo de estabilización que Chile tiene en el extranjero, producto del buen precio del cobre, sólo renta un 2,4%.
El Estado enajenó, durante el gobierno de Frei, las acciones a favor de las empresas transnacionales, fundamentalmente Suez (transnacional belga-francesa), y Ontario (Teacher canadiense).
Nadie comprende qué hará el gobierno de Sebastián Piñera con los 1.600 millones de dólares producto de la venta del 30% de las acciones de las sanitarias. Si se invirtieran, por ejemplo, en Codelco, sería un desacierto, pues a cuatro dólares la libra es desde ya empresa millonaria. En EFE sería ridículo invertir, pues ya está quebrada, y si se hiciera, sería en beneficio de empresas contratistas, que transportarían la carga en beneficio de empresas privadas. En la Enap, no vale la pena, pues ésta refina el petróleo entregando su venta a Petrobras.
Según las últimas informaciones, pareciera que estos dineros serían invertidos en el Metro, en la construcción de las vías 3 y 6, lo que constituiría una tremenda cachetada centralista, al considerar que muchas de las acciones de las sanitarias pertenecen a empresas instaladas en las regiones del Biobío y de Los Lagos.
No hay caso, con los partidos del bipolio nada podremos esperar respecto de la defensa de las aguas como un bien social y un derecho humano fundamental. Propongo que las aguas vuelvan a pertenecer al Estado y que ningún gobierno, bajo ningún motivo, pueda enajenarlas sin una consulta plebiscitaria a la ciudadanía. En América Latina, solamente Uruguay ha prohibido la privatización de las aguas.