Opiniones histéricas y rimbombantes aparte, lo cierto es que Santiago es una ciudad bastante decente. No es ni sobredimensionada ni caótica como a algunos les gusta decir. Y lo mejor es que va consistentemente reparando todos sus problemas.
Siempre recuerdo el capítulo de Tomás Moulian respecto a Santiago en "Chile, anatomía de un mito". Despotrica y despluma de capitán a paje; incluso hace aseveraciones como que Stgo es más grande que BAires o París y con menos gente. Su tesis, es que el mercado (por definición, "perverso" desde su tribuna marxista) ha hecho de la capital un lugar invivible donde el individualismo de la gente que prefuiere vivir en casas "con patio y antejardín" redunda en una ciudad sobredimensionada.
Pero después apareció el trabajo hecho por un equipo de profesionales encabezados por Alexander Galetovich que, en un estudio profundo y lleno de datos objetivos, echa por tierra todas las aseveraciones de Moulian -y otros-, demostrando que la densidad santiaguina es mayor a la de las ciudades que se usan como referencia y que los otros problemas que se le suelen achacar (congestión, contaminación, etc) no son mayores a lo que corresponde a una urbe de 6 millones de personas.
Hasta ese momento le compraba la pescá a Mouilian (después de todo escribe y argumenta bien), el problema (que se repite en otros 'cientistas sociales') es que usa como 'evidencia' opiniones subjetivas y no verificadas. Al final resulta ser un chanta que escribe bien.