Llama la atención que, independiente de las simpatías políticas que pueda tener cada cual, algunos chilenos actúen como cajas de resonancia de actitudes foráneas que ningunean e insultan a un miembro de uno de los poderes de nuestro país, elegido por chilenos. De pasadita, la determinación del CONARE, que no es nada de independiente del Ejecutivo argentino, ignoró olímpicamente las indicaciones de su propia Corte Suprema.
Cabe mencionar que incluso miembros de la concertación cercanos a la izquierda han cerrado filas junto a la posición chilena, ante la actitud argentina, que yo calificaría nada de amistosa.