Me detengo en lo que dice pipe porque estoy de acuerdo, creo que es el mayor problema al que nos enfrentamos como sociedad y por el cual también mucha gente salió a la calle. Hay una idea obtusa de tratar al otro de comunista o facho por pensar diferente, un interés realmente absurdo de querer mostrar al que cree que socialmente debiese haber mas justicia y equidad como flojo, o ignorante, cuando es una idea transversal que a todos en un punto nos toca y nos parece sensato, con matices de acuerdo a nuestros dogmas, principios y realidades. El tema es que nuestros gobernantes de un tiempo a esta parte han hecho bien la tarea de ideologizar a la gente, al punto de hacerles creer que el rico es un demonio al que hay que castrar o en su defecto que el pobre tiene la culpa de ser pobre y les pasa por tontos, lo bueno es que mucha gente ya no sigue esa premisa y entiende que el sistema debe llegar a un equilibrio donde independiente de la condición de cada quien, exista tolerancia, dignidad y oportunidades concretas para que los grupos de personas puedan desarrollarse, si al final de cuentas se requiere de todos para que el sistema funcione. Esa idea no es comunista ni anarquista, no es de flojos, es una idea o fundamento humano bastante simple, que a algunos les cuesta digerir.
Ahora bien, somos un país desigual donde el poder económico y socio político se centra en un puñado de familias mientras el resto hace malabares, unos con más y otros menos, pero siempre jugando a salir del pozo. A muchos les ha ido bien, otros ni siquiera han podido asomar la nariz desde bajo el agua y aunque son ambos casos opuestos, están en la misma caja de realidad que todos los chilenos: justicia distinta para unos y otros, dignidad para unos y otra "dignidad" aparte para el resto y así varias cosas más que se van acomodando dentro de una olla a presión puesta en el fuego hace rato, y nadie se acordó de sacarla o bajarle al menos la llama para darle un respiro.
Todo lo acaecido en octubre fue resultado de años donde se insistía en que estábamos muy bien, cuando en realidad era un grupo selecto que disfrutaba las bondades del sistema mientras el otro era un espejismo: muchos con trabajo, muchos con auto, con casa, con viajes al Caribe o a Europa y en realidad cuantos de ellos tenían el cupo de las tarjetas haciendo gárgaras o llegando apenas a fin de mes, o cuantos independientes viviendo el día a día, que ante la contingencia le creció la deuda más de lo que podía pagar y reventó.
En realidad aunque un cambio drástico en la constitución no arregla las cosas, si se hace bueno revisarla y quizás hacer ciertos retoques, para que de ella se desprendan leyes, regulaciones y principios que permitan a la sociedad de manera transversal, sentirse parte y hacerse cargo de los cambios que lleven al sistema ser un poco más amable con todos. Al final de cuentas es una realidad que después de toda catástrofe, problema o tropiezo, entre todos nos levantamos no importa como pensemos ni a quien el prendamos velas, cada uno pone su grano de arena.
Saludos