Ciertamente lo que cuesta pasado el tiempo es reprogramarse, porque pienso que a todos nos pasa que en nuestra agenda de preocupaciones tenemos en algún punto a los padres, para un regalito aunque sea.
Pero por otro lado sí estoy tranquilo, porque ella decidió ese destino desde años antes y le sobrevivió a mi padre una década.
Tenía mejores opciones de localización y podría haber vivido más, si no hubiese decidido a los 75 años no acudir a la medicina alópata y quedarse con sus conocimientos de naturista (en Santiago orientaba sin cobrar a la gente, quienes le ofrecían obsequios a cambio).
Dado el cuadro de riesgo que eso significaba, con arritmia cardíaca y úlceras varicosas en ambas piernas, al menos fué una vez a médico y la orienté todo lo que pude en materia de salud.
Lo mejor fue que transitó a la otra orilla antes, de tener que ser hospitalizada por algún cuadro que desconocemos pero que es del todo posible hubiese ya tenido avanzado (asimilaba muy poco el alimento ya).