Hay un enorme malentendido general sobre el tema constitucional.
De una parte en buena parte de la población y en una facción de la izquierda, de que es una especie de panacea ante problemas sociales. Y en realidad es solo eliminar la piedra de tope para hacer reformas estructurales en el caso de que haya las mayorias sociales y políticas de hacerlo. Es un paso necesario, pero no suficiente para lo que deseen crear un chile post neoliberal, si lo ponemos en fraseologia de izquierda.
De otra parte esta el discurso de derecha que piensa que el cambio constitucional es una especie de puerta al abismo del chavismo o del marxismo, una especie de institucionalizacion de sus peores pesadillas de la guerra fria. Y complementan eso diciendo de que es un arreglin político que solo beneficia a los políticos y que no tendra ningun impacto ni en la crisis ni en la gente.
Y no es ni lo uno, ni lo otro.
A estas alturas, yo estoy llegando a la conclusión que el proceso constituyente es un arreglín no-santo entre todos los parlamentarios del Congreso cuya finalidad es aumentar sus propias atribuciones y poderes. En esto, claramente, están jugando tanto los derecha como los de izquierda, con la sola excepción de quienes voten en contra de reformar la constitución para permitir el proceso.
Resulta evidente que una asamblea constituyente únicamente beneficiará a los actuales políticos, a los actuales partidos políticos y a sus amigos.
La lectura de Mtad respecto al interés de la clase política en esto es razonable, pero creo que peca de su usual ceguera antipolitica.
Es cierto que el cambio constitucional nace desde un acuerdo cupular de políticos para salvarse a ellos y al sistema. Pero se da la paradoja de que desde un punto de vista estrictamente realista, existe porque el gobierno es incapaz políticamente e ideológicamente de hacer reformas estructurales en los temas sociales. Para piñera y para la derecha, en el contexto actual, es más facil en vez de plantear alguna reforma en los temas sociales y de abuso económico, que va en contra de su vision de mundo y sus intereses ( y esos intereses muchas veces son transversales a la política toda como parte de la élite) que apacigue los animos, prefieren entregar la constitucion, que en rigor es lo que más atesoran y la base de todo, pero al hacerlo, mantienen el control del proceso, saben que tendrán algo que decir en la nueva constitución. Ganan tiempo y la pelota le cae a toda la clase política, no solo a ellos.
Por otra parte, ese análisis realista, obvia todos los puntos que hacen necesario un cambio constitucional y por que resulta ser uno de los puntos fundamentales en la resolucion de la crisis, al mismo nivel de la agenda social y de la reforma a carabineros y a los mercados de baja competencia, que son resorte del gobierno y en los que no ha dado el ancho.
El cambio constitucional tiene dos virtudes asociadas que para muchos neoliberales ortodoxos pueden ser un horror, pero para el resto de liberales ( y en esto hay varios ideologos y políticos de derecha que ya lo sostienen, como Mansuy, Herrera u Ortuzar, además de Lavín , Ossandon, Carter o Desbordes) y para izquierda democrática son su objetivo político ( y en esto estoy citando a Fernando Atria, uno de los ideologos del cambio constitucional en la izquierda).
Una es que genera un espacio para una nueva política, con actores nuevos ( y por eso es fundamental que haya paridad de genero, escaños para indigenas y facilidades para independientes) y con un poder definitorio sobre el futuro del país. Es un ritual, un creador de ilusion de nuevo orden. Es un proceso de legitimación de la política y de todo el orden social, que es lo que se perdió en la crisis. Es decir "Miren Chilenos, estamos haciendo un nuevo pacto, en el que todos estamos participando". Obviamente que para esto ocurra, se necesita una campaña que permita ver una renovación de rostros, discusión civica y un mínimo de orden social. Y eso no esta claro se producirá, fundamentalmente por la torpeza de toda la clase política ( incapaz de legitimar el acuerdo constitucional ante la ciudadania movilizada), pero sobre todo del presidente.
Y lo segundo, es que independiente de su redacción y cuantos derechos sociales incluya, reconfigurará la estructura de la política. Mtad tiene razón en decir que es probable que de esto salga un parlamento empoderado y una clase política empoderada. Pero esta obviando que la actual clase política esta en crisis terminal, y que es muy probable que sobrevivan solo unos pocos, y que al calor de los procesos electorales del año que viene y de la discusión constitucional, se reconfigure todo el mapa político y que surjan nuevos movimientos y partidos, asi que no creo que sea la misma elite la que salga empoderada. Y una política legitimada y con mayor poder, dentro de un marco democrático actual, ojala con nuevas formas de partipación democrática directas ( como plebiscitos sobre temas importantes, referendum abrogatorio, inciativa popular de ley..) tiene dos ventajas. Para lo que desean cambiar el modelo, les ofrece la oportunidad histórica de hacerlo si ganan las mayorias necesarias. Y a los defensores, tambien hacerlo si asi ocurriese.
Y si se ve una política más legitima, porque tiene rostros nuevos con nuevas dinámicas, con nuevas herramientas, y con la posibilidad de haer reformas, la legitimidad del sistema político y del orden social reaparece.
Y ojo que toda esta reflexión sobre la importancia de la polítca del futuro que hago no me la inventé yo. Estoy citando mezcladamente al filosofo (de derecha) Hugo Herrera y a Fernando Atria. Es una aspiración que creo peude ser compartida por muchos transversalmente.
Obviamente esto que digo es un posible futuro esperanzador, no es la realidad. Mucho puede salir mal en el proceso: estallidos de violencia, perdida de la legitimidad de la constituyente, incapacidad de hacer acuerdos políticos, baja participación electoral en los plebiscitos y elecciones, crispación política y social, alargamiento de la recesión técnica que se espera para los próximos 3 o 4 meses....
Entiendo que para muchos, si bien creo que me podran conceder que ya no será el abismo chavista, si es la puerta para cualquier tipo de populismo. Y lo es. El que tengamos un momento populista de manual es culpa de las mismas élites y del mismo sistema. Y el nuevo orden que surja de esto tiene sin lugar a dudas como espectro el populismo, ya sea de derechas o de izquierdas ( a mi gusto veo más probable uno de izquierdas......) El punto es que lo que hay ahora es incluso peor que un populismo.
La situación que tenemos hoy se explica políticamente porque vivimos un sistema, si se quiere, rigidamente antipopulista, que se combino con una élite que se corrompió y mercados que no funcionan adecuadamente: un sistema económico que funcionaba en dar buenas cifras macro, y que lo absorbe todo en si mismo, un estado relativamente pequeño y debil, incapaz de regular el mercado, de regular a las élites y de hacer reformas que respondan de buena manera a las demandas sociales, un orden institucional diseñado para que la política sea poco eficaz, un orden cultural que tiende al individualismo, políticas públicas realizadas sobre todo desde una óptica economicista, y una serie de demandas sociales nuevas, fruto de las urgencias de la nueva clase media precarizada que tenemos que se encuentran crónicamente sin respuesta. La economia neoliberal ( en la realidad y como forma de ver el mundo) se comió a la política y fragmentó la sociedad, y luego la corrupción deslegitimó a las élites y a las intituciones.
Por eso es positivo hacer un proceso constituyente, y aspirar a una futura política empoderada, porque recompone elementos claves de cualquier orden social democrático estable: una política suficientemente empoderada como para que pueda responder responsablemente a demandas sociales y con suficiente legitimidad como para que la gente respete el orden social básico.
Tambipen existe un pequeño antídoto a algunos riesgos de populismo en la redación de la constitución: la combinación de la "hoja en blanco" con el quórum de 2/3. La hoja en blanco no es ninguna estupidez ni ninguna irrponsabilidad. Hay mucha cgenre que dice que eso es intentar inventar la rueda, o que se inventara la historia de nuevo, o que negaremos la tradicion constitucional chilena o mundial. Y nada que ver. es simplemente decir que no se parte por obligación del texto de la constitución de 1980, nada mas y nada menos.. Es la posibilidad de hacer un orden político más flaxible, más abierto y más empoderado, ya que impide que las rigideces de la constitución del 80 sean puestas como base. También impíde que la impronta ideológica de la constitución del 80 permaneza por defecto. Es una condición básica para que las fuerzas progresistas se suban al carro. Y los 2/3 generan una dinámica de vetos cruzados que impiden la imposición de una visión ideológica clara en la constitución. Por eso gusta tanto a la UDI y es tan odiada por los mas izquierdosos. Pero es la condición que permite tener a la derecha liberal que cree en la política adentro del proceso. La constitucón de 2020 no será chavista ni mucho menos. Y no es un problema pienso yo, porque lo que importa es crear una nueva política, no imponer un orden antineoliberal.
Resulta evidente que una asamblea constituyente únicamente beneficiará a los actuales políticos, a los actuales partidos políticos y a sus amigos. Es para todos evidente también que si esa asamblea (llámese convención o lo que sea), si es que logra un acuerdo, casi de todas maneras aumentará significativamente el poder del parlamento en desmedro del poder del presidente (cosa que ya hemos tenido en Chile en el pasado, siempre con nefastos resultados: entre 1891 y 1925). Además, en 1925 tuvimos una "constitución mínima", que regulaba pocas cosas (lo demás era materia de ley simple) y eso también tuvo nefastísimos resultados (peores resultados económicos de Chile en el siglo XX fue entre 1933 y 1973).
Finalmente, como historiador, creo que esto es sumamente interesante, pero altamente discutible. El parlamentarismo chileno fue un fracaso no porque haya sido parlamentarismo, sino porque las condiciones estrucurales de la política chilena eran similares a las de hoy: una élite política, social y económica endogámica que vive en su nube y no comprende la realidad social cambiante y llena de tensiones de su época ( La proletarización de los campasinos, el inicio de la urbanización y el aparecer de la clase media). Y había un orden institucional limitado para construir repuestas democráticas a esas demandas sociales. Y eso sin olvidar que era un sistema parlamentario sui generis, y que los ordenes políticos decimonónicos malamente se podrian considerar democráticos para nuestros estandares.
Y al evaluar el orden constitucional de 1925, si, la constución que teniamos era relativamente minima ( aunque tenía varios elementos que la hacian incluso mas progresista que la actual y con impronta ideologica) pero el modelo ISI no es resultado de la constitución de 1925, es resultado de la situación social y política producida por la crisis económica mundial, el auge del keynesianismo como visión económica dominante, y la crisis del orden político de 1833 en su version parlamentaria. La constituciónde 1925 solo permitió a la política tomar ese camino, nada más. Por demás, sigues con tu mala costumbre de reducirlo todo a indicadores económicos. Son fundamentales, pero no son lo único a mirar, y depende mucho de los indicadores económicos que mires. Si, el modelo ISI daba un crecimiento económico inestable, producía inflación, favorecía la gestión irresponsable de los fondos públicos, excluía a la población campesina, las alzas de salarios fueron altas, pero la inflación las reducía, pero si miramos las cifras de empleo, esas son mucho mejores en el ciclo ISi que el ciclo neoliberal por ejemplo, si miramos la desigualdad, el ciclo ISI mantuvo la misma desigualdad en torno a gini 0.5, pero tuvo periodos en que su reducción fue mucho más rapida que hoy, si miramos como el estado construyó y expandió el acceso a los servicios sociales, lo hizo con muchos menos recursos totales que hoy ( aunque gastando más porcentaje del PIB) y partiendo muchas veces desde cero y haciendolo con gran calidad. Obvio que los servicios sociales del chile ISI eran muy limitados en su cobertura, de hecho solo se logro completar lo que faltaba gracias a la mercantilización de los servicios sociales, pero pensando que antes habia poco y nada.
Y al final, tanto el ciclo ISI como el ciclo neoliberal terminaron en una crisis socio política de proporciones, pero con una gran diferencia: el ciclo ISI terminó en una confrontación política ideológica, con las instituciones políticas derrumbándose de la extrema tensión que sufrían. La política era todo y eso quebró la sociedad y las instituciones. Y eso obvio responde a la lógica de guerra fría de la época. Hoy no hay instituciones políticas ni mecanismos de canalización de las demandas sociales que sean claros o formas de organización para generar algo de orden en las demandas. Eso se debe a la crisis de las formas tradicionales de representación fruto de la nueva vida digital que tenemos y a la crisis de las ideologías luego de la crisis de la URSS, pero también por el orden institucional y social despolitizado que la dicatura nos legó, que refuerza todo y a mi gusto empeora todo.
Basta mirar las crisis políticas latinoamericanas de todos los colores para darse cuenta de la diferencia: Ni en ecuador, ni en bolivia, ni en argentina, ni en brasil, se observa que el movimiento anti gubernamental no tenga líderes visibles, no tenga petitorio, no tenga organización visible, no tenga articulación clara con partidos políticos. Y por eso la crisis chilena es tan jodida y casi inmanejable.