Llevo algo así como 5 semanas haciendo clases on-line en niños de quinto básico a segundo medio, y esta semana comenzamos con tercero y cuarto básico. Soy profesor de historia, pero estoy trabajando de reemplazante de profesor de italiano, por 28 horas de contrato. Trabajo en una escuela privada, por lo que en nuestro contexto, no hemos tenido mayores dificultades de acceso a internet y computadres por parte de nuestros estudiantes. Pero es una realidad privilegiada. En el resto del país se sabe que no es así.
Concuerdo en que la pandemia nos pilló a todos los colegios mal parados. El uso de TICs en la enseñanza es algo que está en la formación docente ( al menos yo tuve algunos ramos en que abordamos uso de herramientas tecnológicas para hacer clases), pero nunca la educación a distancia. La educación esta pensada para ser presencial e incorporar tecnologías como apoyo.
Por lo mismo, esperar que instituciones y docentes que jamás se han pensado para trabajar a distancia lo hagan bien al tiro, o siquiera estuvieran preparados carece de sentido.
Por otra parte, plataformas y recursos técnicos cambian año a año, por lo que tener una formación detallada en plataformas o recursos específicos es algo que rápidamente queda obsoleto.
En mi colegio fue un proceso gradual. Estuvimos algo así como 3 semanas enviando material a través de la plataforma schoolnet, que dio hartos problemas. En esa tercera semana se piloteó hacer clases a través de google meet, cosa que fue extendida a todo el colegio la semana siguiente.
Se organizó un horario de clases on line, que va de las 2 horas diarias de los niños más chicos a 4 horas diarias para los estudiantes de media. la clases quedan grabadas. Se siguió enviando material.
A vuelta de vacaciones organizamos las caulas en classroom, que nos permitió crear un sistema de trabajo y revisión de tareas bastante más ordenado que el envio de tareas a los mails, además de control de asistencia. Tenemos algo así como un 80% de asistencia, lo que es bastante bueno.
Se realizará un proceso de evaluación formativa de cada estudiante, considerando asistencia, participación en clases, entrega de tareas y el nivel de logro de los objetivos de aprendizaje.
En mi experiencia:
-La implementación gradual hizo las cosas bastante cómodas para mi, que soy joven y no tengo tantas horas (estoy haciendo mas o menos la mitad de las horas de clase on line que las que hacía presencialmente, aunque tengo más trabajo administrativo). Igual para muchos profesores con más carga horaria que yo, el proceso se hizo bastante cuesta arriba en trabajo. Algunos profesores tuvieron dificultades para adaptarse a las herramientas tecnológicas y se sintieron sobrepasados.
-Para los estudiantes y padres también significó una carga importante. organizarse para trabajar solo es algo a lo que nadie esta acostumbrado, y menos en un contexto como el actual. Mis estudiantes no tienen vulnerabilidad social, lo que facilitó bastante las cosas. Un ejmplo, me tomo dos clases lograr que los estudiantes fueran capaces de subir autónomamente sus tareas a classroom, en especial los más chicos.
-El nivel de interacción no es el mismo que se logra en una clase presencial. Es difícil identificar bien a los estudiantes que no toman atención, ya que son reacios a usar cámara. Yo lo intento resolver preguntando al azar durante toda la clase, pero no es un método tan efectivo.
-Para asegurarme de que todos aprenden, yo hago un ciclo de trabajo recursivo: envío tarea, corrijo la tarea con los estudiantes la clase siguiente, dejo que la suban corregida, y vuelvo a corregir la tarea en ese caso para pulir los errores. Y aún así tengo estudiantes de los cuales se poco como están aprendiendo, porque van poco a clases on-line y no me entregan las tareas.
- Sobre las estrategias docentes. Yo soy de los que cree que todo se debe enseñar en clases. Si quieres que los estudiantes hagan un trabajo de investigación, debes enseñarles como. Eso implica trabajo con el estudiante directo, y tarea para trabajar independientemente. las habilidades se aprenden igual que los contenidos, se hacen las cosas al mismo tiempo.
En eso las cosas deben haber mejorado. Mis profesores me enviaban trabajos, los hacía pero no siempre nos decían como hacerlos, ni que evaluarían, a lo más nos validaban la información que nosotros les mostrabamos. Eso hoy es considerado mala práctica ( y quitaria puntos en la evaluacion docente, al menos en teoria).
Al final, el medio que se usa para enseñar depende de los objetivos que se tengan. La educación chilena se actualizado mucho en el discurso pedagógico ( nuestro currículum, si bien adolece de esceso de prescipción y dificultades de adaptación, pedagógicamente está en línea con los estándares internacionales) Pero tiene problemas de recursos y también de adaptación de estrategias docentes. Y los incentivos de mercado ponen de su parte también para darle más carga a los profesores.
Al final, si yo quiero educar estudiantes obedientes y que sepan mucho de manera memorística debo enseñar de cierta manera, si quiero educar estudiantes críticos, menos memoriones, pero sean capaces de aprender cosas nuevas o hacer cosas prácticas con lo que saben, educo de otra manera. Y en ambas formas puedo usar recursos más o menos tecnológicos. Y ojo, está estudiado que si yo hago que los estudiantes se emocionen, se cuestionen y hagan cosas prácticas con los contenidos, aprenden más contenidos y de manera más profunda. Asi que tampoco es cierto que "haya que enseñar habilidades y no contenidos" como he leido por ahí, sino que hay que enseñar habilidades a través de los contenidos. Y no es que la memorización este pasada de moda. Hay que trabajarla en ciertos contextos y a ciertas edades ( las tablas hay que saberlas de memoria igual digamos..). Pero ya no es central en todos los momentos y niveles.
Por lo mismo, si mi objetivo es que los estudiantes sean capaces de aplicar un conocimiento, yo en la evaluación sólo me debo asegurar de que la evaluación la haga el estudiante. No me interesa que copien, porque copiando no se hace esa evaluación, si le copia a un compañero será evidente, porque las aplicaciones son personales, y como no me interesa el saber de memoria, es indiferente que saque de internet, mire los libros, le pregunte a los compañeros. Porque lo que me interesa es que hace con esa información.
Los digo por experiencia. Las pruebas más odiadas que tenía en la universidad eran pruebas de pedagogía en que nos daban un problema a resolver, y 6 horas para entregarlas. Era un infierno. Nos ayudabamos entre todos, mirabamos los libros, usabamos internet, y el desafío era de tal nivel, que luchabamos para entregar la prueba a tiempo. Muchas veces nos tuvieron que dar tiempo suplementario. Y varios fueron reprobados igual.
Por eso, mucho cuidado con ls preconcepciones. Muchos dicen que quieren pedagogía innovadora, pero se imaginan a los estudiantes copiando las respuestas en prueas en que preguntan datos duros. Si estas pensando en eso, es que estas pensando una evaluación centrada en contenidos y facilmente copiable. Obviando determinados contextos y contenidos, en que la memoria es clave, esa es una concepción de pedagogía antigua, no contemporánea, y seguirá siendolo lo hagas con tiza y mimiografo o con pantalla digital y zoom.
Sobre la evaluación docente, yo fui formado en el modelo de base que tiene: el Marco de la Buena Enseñanza. Nuevamente, el marco es un muy buen instrumento pedagógico, esta perfectamente en línea con los consensos pedagógicos contemporáneos y de hecho no dice nada sobre la "seriedad" de las clases ni proscribe los temas a tratar ( eso está en el currículum nacional). Por eso me aprece raro que me digas que el MBE limita las formas de enseñanza. El marco es bien poco prescriptivo en cuanto a formatos, mas bien te da un conjunto de cosas que nunca debes olvidar de hacer al organizar la clase, interactuar con los estudiantes o evaluar. No hay ningun protocolo "automatizado", a no ser que te refieras a la estructura de instroduccion, desarrollo y cierre de clase. Pero llega a eso. Es algo que se basa en evidencia científica y psicológica y se puede realizar de mil maneras distintas.
Mi tesis es que el problema está en su aplicación. la evaluación docente es cuestionable mas bien en cómo se hace y en la idea de dar incentivos monetarios por desempeño, no en el marco de referencia pedagógico que usa como evaluación.
El acto pedagógico es un acto de interacción social complejo y situado, y por tanto si bien debe seguir una serie de líneas maestras de "buenas prácticas", es muy dificil de cuantificar o medir fuera de conceptos cualitativos. Por eso, si bien la evaluación docente es un proceso de evaluación bastante cualitativo y mucho más complejo pedagógicamente que el SIMCE, de igual manera choca un poco con su objetivo de encasillar a los docentes y darles incentivos de salario.
En el caso de los portafolios y clases grabadas, probablemente lo que afecte más el criterio de los evaluadores, que bien puede ser distinto al del profesor, o no entender el contexto, o bien ser realizado de manera despolija, porque son miles de profesores a evaluar en poco tiempo.