Yo saco como conclusión que para un aparecido es muy difícil entrar en política y finalmente en los puestos de los gobiernos se siguen rotando las mismas personas. Ser político en Chile es una profesión que prácticamente se hereda y ya muy pocos lo hacen por el servicio al pueblo.
A Golborne lo quieren botar porque les podría quitar cuotas de poder a los de siempre... lo mismo ocurre con Parisi, aunque piense que de repente habla puras pavadas. Así aunque alguien tenga las ganas de meterse en el mundo político, simplemente no lo dejan entrar.