En Chile son muy pocos los que pueden decir que "siempre" fueron ricos. Veamos a todas nuestras familias en los años 50 y todos partimos de abajo. Hoy se sigue viviendo algo parecido con cientos de familias que logran tener a su primer integrante profesional. Al menos el secreto del éxito sigue siendo el trabajo en este país, salvo excepciones de cientos de asesores socioculturales, gestores interministeriales y cuanto cargo mula de la NM existen. Es ridículo ver anarquistas quemando micros exigiendo no trabajar para recibir pensiones dignas de plata que nunca han generado, sueldos mínimos impagables para cualquier pyme, sindicatos poderosos capaces de paralizar lo que sea si no se les paga lo que piden (aún en empresas con pérdidas) y tantas otras burradas zurdas fáciles de vender.
Nadie dice que no se apoye al que tiene menos o que existan los programas sociales, pero que sean en serio, con creación de trabajo, con apoyo real cuando logran salir de la pobreza por apenas 1000 pesos (pierden beneficios en fonasa por ejemplo), no contratando pelmazos para viajar en primera a una charla de la Unicef sobre la pobreza.
México generó las facilidades y garantías para que empresas serias pongan sus plantas y generen miles de buenos empleos en una zona que pertenecia a la delincuencia; acá le damos garantías al delincuente y al empresario se le amenaza con aplanadoras e impuestos para que por fin paguen sus pecados.
Ahora esos mismos zurdos quieren una constitución como traje a medida para perpetuarse en el poder con la añeja idea de defender la pobreza multiplicándola, bien por los abiertos de mente que se la den en bandeja para ver cómo resulta otro país latinoamericano hecho bolsa por estas ideas tan "modernas".
Escriban mil veces "la izquierda no es la llamada a resolver temas de pobreza", eso incluye a cualquiera que ahora se llame nueva mayoría o a pendejos marihuaneros independientes al peo que celebran con puño en alto.