Con todo respeto don Runner, no me trate de pesimista pues al contrario soy muy realista.
Lo que yo aprecio a mis casi 71 años de edad de los cuales participé en política desde los 15 y me alejé de ella a inicios de los 2000, es pura parafernalia gobiernista. Todo ahora es compararse con Bachelet como si aquello fuera importante, como si ella fuera un buen ejemplo con el cual compararse, cuestión que yo dudo. Todo esto es pura challa, maní para los monos, circo para el populacho.
No sugiera que no conozco la realidad de otros paises pues trabajé catorce años fuera de Chile en dos paises latinoamericanos y por mi trabajo y mis continuos viajes tuve además la oportunidad de conocer con cierta profundidad la realidad de otros, entre ellos USA, Canadá, Nueva Zelanda y Costa Rica. Por tanto experiencia tengo y bastante.
En Argentina donde viví cinco años había educación privada y pública, de calidad ambas, la segunda gratuita. Uno de mis hijos estudió sus primeros años en una universidad pública y gratuita, cero pago. La educación técnico profesional era y es gratuita. Que conste que los Kirchner ni siquiera aparecían en escena.
En Venezuela donde viví casi nueve años los jubilados no pagaban el equivalente a las contribuciones a los bienes raices por la propiedad donde vivían y usted como profesional o empleado descontaba de su base imponible para calcular sus impuestos el costo de lo pagado a la educación de sus hijos, el total del pago del dividendo del crédito hipotecario o si era arrendatario, una porcentaje importante de la renta de arrendamiento y, aunque parezca increible, también podía descontar el pago de la cuota de la compra del auto, siempre que el mismo fuera un modelo básico, regulado como se llamaba. En esos tiempos no estaba Chavez y la salud no era gratuita pero el SVSS cubría una parte importante de los gastos médicos y el saldo no cubierto usted lo descontaba de su base imponible para el pago de los impuestos a la renta.
Estoy aburrido de escuchar lo mismo durante décadas. Un sólo ejemplo, la promesa de terminar con la corrupción se la escuché por primera vez a Carlos Ibañez del Campo, cuando sus partidarios enarbolaban la escoba como señal de barrer con los corruptos y con los negociados. Alessandri continuó con la misma martingala y nada pasó ni pasará porque los políticos y los grandes empresarios son siempre los mismos, sólo cambian sus edades pero en sus orígenes son los mismos. Tienen familiares enquistados en diversos partidos por tanto si cambia el signo del gobierno, no pasa nada. Son generaciones de personas que viven a costa nuestra. Si no me cree revise quienes fueron los padres y los abuelos de los próceres de los actuales dirigentes de los principales partidos,
Aprecio con profunda desazón el avance de la desigualdad y la pobreza extrema. Me preocupa enormemente la pésima calidad de la educación. Me indigna el avance de la delicuencia, el deterioro de la escala de valores, el gran amor al Dios Dinero y el culto a la nueva Iglesia, el Mall y sus profetas. Aprecio con desazón la radicalización de las posiciones políticas, la aparición de movimientos extremistas de ambos lados, la fatal creencia que la mano dura todo lo arregla desconociendo la experiencias pasadas. Chile está incubando una bomba de tiempo y para mí si no resuelven pronto el ambiente de va a enrarecer y no existirá fuerza alguna que conduzca el país por la senda del progreso.