Rommel, no conozco ningún pelafustán, como peyorativamente señalas, que haya ocupado el cargo de Presidente de la República. Todos los Presidentes bajo cuyo mandato he vivido ( tengo bastante años más tu), han sido gente preparada, algunos se han equivocado impulsados por lecturas equivocadas o sesgadas de nuestra realidad, o porque sus equipos no han estado a la altura de las circunstancias y en ocasiones, no una sino varias, porque sus partidarios les han exigido lo imposible. Han sido amados y odiados, pero de mi parte, si bien en ocasiones criticados, siempre respetados, con sus aciertos y errores.
Conozco eso sí algunos pelafustanes que han ocupado cargos menores, como directores y/o altos ejecutivos de empresas públicas y privadas que si pertenecen a esa categoría. Por otra parte, pelafustanes de más bajo pelaje se encuentran en el más amplio y variado espectro del zoológico nacional y no necesariamente están en el ámbito político.
Ahora bien, yo respeto a quien ocupa o ha ocupado el cargo de Presidente pero mi respeto se afinca no sólo por la persona misma sino que también por el sólo hecho de ejercer el cargo de más alta investidura nacional que implica las más altas responsabilidades. He criticado a Piñera, personaje que no me gusta, pero mis críticas van con respeto, jamás lo he insultados. En varias ocasiones hemos chocado por esto pero no lo descalificados, insultado ni me he referido a él en forma hiriente.
La descalificación personal, la falta de respeto a los cargos y a las instituciones es uno de los elementos que ha degradado nuestra política y la tiene como está, desprestigiada y transformada en el portal de ingreso de pelafustanes de todo signo que van en pos de cargos. Distintos eran los tiempos de políticos como Jorge Alessandri, Edgardo Boeninger, Gabriel Valdés, Francisco Bulnes, Eduardo Frei Montalva, Clodomiro Almeyda, Salvador Allende, Claudio Orrego padre, personajes todos que forman parte de la historia de nuestro país, apreciados por algunos y denostados por otros.
Lo voy a dejar aquí.
