En realidad, estos efectos sobre las ruedas de los autos podrían considerarse insignificantes si se comparan con la cantidad de accidentes vehiculares con daños graves, heridos y hasta muertos que se producen frecuentemente por la presencia cada vez mayor de perros vagos en las vías.
Esto mirado solo del punto de vista de los automovilistas. Tema aparte son los motociclistas, ciclistas y los miles de peatones, muchas veces niños, atacados cada año por perros vagos, también con consecuencias graves, mutilaciones y muerte.
Los perros vagos que algunos miran con simpatía y hasta defienden su presencia en las calles, constituyen un problema severo y en crecimiento.