Concuerdo con muchas de vuestras conclusiones y compruebo con cierto dejo de ironía el estado de ánimo de muchos de los foristas, especialmente los de la mal llamada derecha que porfiadamente creyeron en promesas y luces de colores. Hace más de tres años afirmé que Piñera no era el hombre y que Frei tampoco reunía las condiciones que se requerían. Para mí Alianza y Concertación eran lo mismo. Por eso voté a WalDisney, era indispensable tirar el mantel de la mesa y mientras más pronto, mejor.
La verdad estimados es que todos estamos hasta la coronilla pero difiero con ustedes acerca de las causas de la situación. El problema estimados es el SISTEMA, que permitió durante decenas de años el crecimiento de dos paises, impulsó la segregación. Un Chile, con pocos habitantes, ricos y acomodados, acompañados de unos pocos seguidores y empleados de confianza y de no tanta confianza que se creyeron la pomada del chorreo. Hay otro Chile, con muchos habitantes, la gran mayoría con bajos ingresos, otros cesantes, muchos de ellos expoliados y explotados por los del otro Chile. Son discriminados desde la cuna, un gran porcentaje empobrecidos y a la vez idiotizados por una sociedad que les muestra muchos bienes que sólo algunos pocos pueden alcanzar endeudándose hasta la coronilla.
Estamos insertos en un sistema permisivo, donde la mal llamada derecha y sus ciegos seguidores con la complicidad de la Concertación defiende sus prebendas y privilegios. Es aquella camarilla la que se colude, la que permite que representantes elegidos pasen desde el Parlamento al Ejecutivo, torciéndole la naríz a la mal llamada voluntad popular.
La gente, toda, está aburrida y cada día la cosa se pondrá más difícil. No es culpa del gobierno, de Piñera y sus ministros, de la Concertación ni de los estudiantes o los profesores. La culpa la tiene el sistema. No sólo es la economía, es el sistema completo que requiere de cirugía mayor.
Basta ya de binominal, basta de reelección indefinida de los parlamentarios, terminemos con las castas de dirigentes que desde hace casi un siglo dirigen este país. basta de un ejecutivo casi monárquico, basta de la escasa representitividad, basta de la concentración de la riqueza, del poder y las decisiones.
Esto no se arregla con balazos ni con represión como algunos cabez caliente postulan. Acá hay que abrirse a nuevas ideas, hay que entregar libertad plena para elegir a las personas pero a personas empoderadas y bien informadas. Se está replicando en Chile, con diferencias culturales propias de por medio, lo mismo que está aconteciendo en Europa y en los países árabes.
Yo estoy por una nueva constitución que reemplace a la que tenemos con sus diecinueva parches, que norme claramente las relaciones entre lo público y lo privado, que consagre el acceso igualitario a la educación, la salud y el trabajo, que contemple el voto universal, sin condiciones. A mi juicio requerimos de un parlamento unicameral, con representación de las minoría. Me gusta el gobierno parlamentario.
Estoy por una educación de calidad, no me importa cuanto cuesta ni quien la imparta siempre y cuando a la misma tengan acceso los postergados. Estoy por una educación universitaria de calidad para una elite, para la inteligencia, no para mediocres, basta de títulos truchos de universidades callampas. Necesitamos una educación técnico profesional de excelencia. Pero todo eso se inicia desde la cuna, pasa por el jardín einfantil, la educación básica y media que deben tener los recursos para ello. Todo debe ser de calidad, con profesores bien pagads y reconocidos socialmente.
Basta de echarle la culpa a la Concertación, los problemas se los puedo asegurar vienen de hace muchos años, trascienden incluso al innombrable.
Resta hacer un labor titánica, corresponde hacer la misma labor que correspondió hace milenios a Hércules, limpiar los establos de Eugías. Es tarea de todos. Seamos realistas, pidamos lo imposible, palabras de mi contemporaneo Daniel Cohn Bendit