Es que los conductores de hoy en día son mamones, ojalá mucha seguridad, mucha asistencia a la conducción, mucha tecnología.

Tuve la suerte de crecer y aprender a manejar en autos añejos, lo que me vale ver estos trastos de ahora y conducirlos con un dedo

como dice Franky, conducir un auto viejo era toda una aventura.
De mis recuerdos en mi primer año manejando con licencia, solo, en mi chevette fui a Horcón por un fin de semana y decidí viajar por la cuesta barriga. Entretenido, auto con dirección mecánica y bueno para bloquear frenos fue una delicia meterle pata de subida y de bajada. No contento con eso, pesqué mi tarro y me fui por Las Palmas, que manera de sufrir con las curvas a más de 80.
Para que hablar del Fito 600 si baje de Sn Jose de Maipo como a 90 km/h y salia un olor a balatas impresionante, la caja dudo que haya tenido tanto trajín en su vida como ese día

luego hice un juego pisteando por las calles de las cuicondes hacia arriba (Hamilton, Sn Carlos, Camino a Farellones y todo eso)... impagable las sensaciones que entregaban.
Ahora claro, si me ponen un auto nuevo por sobre ellos elijo el nuevo básicamente porque uno busca utilidad, confiabilidad (que un auto con 30 años encima no te va a dar por estar sujeto a mucho desgaste) y también por el tema de las trabas para tener autos antiguos como lo son las RT constantes, la persecución del que son objeto por parte de carabineros en los controles, la necesidad de repuestos que a veces ya no están y así. Sin embargo, en el tema de conducción claramente esos viejos cacharros baratos eran un deleite
