Foreros, reconozco que di mucho jugo y no tenía claro, al final qué quería, siempre dije que quería un auto nuevo, porque había tenido malas experiencias comprando usado, en fin, cambié mi Chevrolet Sail 2011 por una Captiva 2010, al principio todo bien, claro, subirse desde un autito como el Sail a un tanque como la Captiva, se siente muy bien, pero ahora, con un mes de uso, la verdad es que no estoy muy conforme por:
Primero, el consumo, sé que nunca va a rendir lo mismo que el Sail, pero yo pensaba que iba a ser un poco más… lo medí una sola vez y me dio nueve combinado.
Tiene más de 100.000 kilómetros, por lo tanto le urge el cambio de correa de distribución; cuando la fui a comprar, mi decisión de compra pasaba por si tenía correa o cadena, yo no pude averiguar el dato, y el vendedor no estaba seguro, entonces, delante mío llamó a un amigo que trabaja en Chevrolet para preguntar el dato, él le respondió que era con cadena, entonces ahí yo dije, démosle no más. Cuando ya la había comprado, me di cuenta que tenía una fuga y que las bujías estaban mojadas, entonces mi mecánico me dice que es la empaquetadura de tapa de válvulas, y al cambiarla, nos dimos cuenta que era con correa y ahí se me vino el mundo encima, porque yo quería un auto que fuera sólo echarle bencina y hacerle los cambios de aceite y listo, pero ahora ando asustado que se me corte la correa, más encima tiene los soportes de motor malos, lo que barato tampoco va a salir… en suma, creo que me compré una preocupación más.
No niego que se siente bien no andar preocupado de no tocar abajo y tener un motor grande y potente, pero no sé si compensa la tranquilidad que da un auto nuevo.
Estoy muy tentado en cambiarlo, por ejemplo por un Renault Symbol, en teoría podría cambiarlo pelo a pelo, por el valor, aunque lo estoy pensando; y aquí quiero que sean sinceros, pero sin ofender… ¿Qué harían ustedes en mi lugar?
Se me había olvidado agregar que ahora se me prendió la luz de los airbag… también averigüé y sale salado arreglar eso… Saludos.